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La práctica del “Trabajo Social Neurológico”: intervención social con personas usuarias con enfermedades neurodegenerativas

Sandra Vicario Peña

Estudiante de Trabajo Social y Criminología

Resumen: En este artículo se analiza la importancia de la intervención de los/as trabajadores/as sociales en el ámbito sanitario -y más concretamente con usuarios/as que padecen enfermedades neurodegenerativas-, así como las técnicas, herramientas e instrumentos empleados. El objetivo, por tanto, consiste, por un lado, en visibilizar la labor del Trabajo Social en un área en la que, a priori, no tiene mucho protagonismo, y por otro, en dar a conocer las necesidades de este colectivo.

Palabras Clave: Trabajo Social neurológico, Trabajo Social sanitario, Enfermedades neurodegenerativas, Deterioro cognitivo, Intervención psicosocial.

1.      INTRODUCCIÓN

El término “neuro” proviene del griego, y significa “nervio” o “sistema nervioso”. Además, si hablamos de “enfermedad neurodegenerativa”, nos estaríamos refiriendo a: “Tipo de enfermedad en que las células del sistema nervioso central dejan de funcionar o mueren” (Instituto Nacional del Cáncer, s.f.). Las consecuencias van desde una disminución de la motricidad, hasta la pérdida de la capacidad de comprender el lenguaje y/o expresarse verbalmente y, aunque existen tratamientos para reducir los síntomas, este tipo de enfermedades son irreversibles. Algunas de las más comunes, según Medlineplus (s.f.), son: Alzheimer, Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), Ataxia de Friedreich, Enfermedad de Huntington, Demencia con cuerpos de Lewy, Parkinson y Atrofia Muscular Espinal.

Pero, además de los efectos físicos de este tipo de trastornos, no se deben olvidar las consecuencias psicológicas (depresión, ansiedad, psicosis), sociales (aislamiento, pérdida de vínculos) y conductuales (agresividad, hiperactividad, desinhibición) que experimentan los/as pacientes que las padecen, y que deberán ser consideradas para el diseño de la intervención del cual se hablará más adelante (Rosso, s.f.).

Cabe mencionar que estas afecciones aparecen, mayormente, entre los 55 y 75 años, aunque también existe la posibilidad de una aparición precoz de sus síntomas a cualquier edad debido a una causa congénita o a un accidente cerebrovascular. Es por ello por lo que la intervención psicosocial en este ámbito suele centrarse en población que se encuentra en la adultez tardía, más bien casi en la tercera edad.

Los temas que tratar y que se analizarán a lo largo del texto son: qué es el Trabajo Social Neurológico y las aportaciones que tiene en los/as usuarios/as y sus familias, su metodología (fases, técnicas e instrumentos, intervención grupal) y perfil del profesional.

2.      CONCEPTO DEL TRABAJO SOCIAL NEUROLÓGICO Y SU IMPACTO

Hoy en día el Trabajo Social actúa en una gran variedad de ámbitos, entre los cuales se encuentra el sanitario. Los/as profesionales de este campo llevan a cabo su labor en hospitales y centros de salud, pero también se extiende a residencias, centros de día o centros de mayores u otro tipo de centros geriátricos si hablamos de enfermedades neurodegenerativas -como venimos hablando hasta ahora-, que no siempre requieren de una hospitalización.

Así, según Olmedo y Fernández (2020), el papel de el/de la trabajador/a social tiene como principales objetivos “la detección de problemáticas sociales y el abordaje integral y multidisciplinar de la situación sociosanitaria del enfermo desde su ingreso hospitalario, estableciendo planes de posthospitalización que faciliten el soporte necesario para seguir las indicaciones terapéuticas y para mantener una calidad de vida óptima tanto en el enfermo como en su principal apoyo, la familia”.

Además, la intervención debe incorporar las características de cada enfermedad adaptadas a cada persona, de manera que se satisfagan todas las necesidades de cada usuario/a desde un punto de vista basado en la interseccionalidad.

En cuanto al impacto positivo de este campo del Trabajo Social, se puede decir en líneas generales que este es bastante positivo, aportando lo siguientes aspectos, desarrollados más profundamente a lo largo del artículo:

  • Un fomento de la mejora de la situación tanto individual como familiar, fruto de la aplicación del enfoque sistémico en el que se orienta al/a la usuario/a y a su familia sobre el avance de la enfermedad, la posible derivación a recursos, y técnicas de afrontamiento y superación para la futura reinserción.
  • Una atención social más amplia que el Trabajo Social General y más especializada, con conocimientos específicos de la Neurología y manejo de técnicas concretas a aplicar en la intervención.
  • Una figura de nexo entre individuos/ as y sistemas, tanto de pacientes-familiares, como de pacientes-profesionales, pacientes-recursos, pacientes-servicio médico, familiares-profesionales, etc. (Aguilar y Olmedo, 2022).

3.     METODOLOGÍA DEL TRABAJO SOCIAL NEUROLÓGICO

3.1. Fases

En primer lugar, esta intervención conlleva una serie de fases específicas, todas ellas adaptadas al funcionamiento y progreso de la enfermedad del/de la usuario/a así como a sus necesidades y limitaciones (Olmedo y Martínez, 2003).

Cabe mencionar que estas fases están orientadas al ámbito hospitalario, siendo este el lugar en el que se inicia la enfermedad al recibir su diagnóstico.

Estas son:

  1. Recepción del caso: Acogimiento por parte del/ de la trabajador/a social del hospital a través de una derivación del médico correspondiente.
  2. Exploración y estudio sociofamiliar: Profundización en la situación sociofamiliar y en las necesidades y deseos del paciente.
  3. Valoración social: Definición de los factores que inciden en la situación del/la usuario/a y que marcarán la intervención. Aquí se establece el diagnóstico social a través de escalas y cuestionarios que valoran la vida diaria y el entorno de la persona.
  4. Plan de Intervención Social: Establecimiento de objetivos y áreas que se trabajarán y qué actuaciones se desarrollarán durante la estancia hospitalaria.
  5. Planificación multidisciplinar al alta hospitalaria: Coordinación de distintos profesionales del equipo de neurología a través de reuniones para abordar la intervención desde una visión global que se adapte lo máximo posible a las necesidades detectadas.
  6. Seguimiento post-alta hospitalaria: Contacto con el/la usuario/a y su familia en los tres-seis meses siguientes al alta, para valorar aspectos como los síntomas de la enfermedad, tratamientos, estado de ánimo, situación familiar, etc.

3.2. Técnicas e instrumentos

De acuerdo con Agulló y Martín (2020), las principales técnicas empleadas por un/una trabajador/a social sanitario/a son:

  • Entrevista (tanto individual como familiar).
  • Observación.
  • Reuniones de equipo.
  • Técnicas grupales (se profundizará más adelante).

En cuanto a los instrumentos, hablamos de los siguientes:

  • Historia Social.
  • Informe Social.
  • Escalas, tests y cuestionarios.
  • Genograma e histograma.
  • Programa Individual de Atención (PIA).

3.3. Intervención grupal

Cuando se interviene con usuarios/as que padecen estas enfermedades, no solo se lleva a cabo de forma individual, que es la principal metodología que se nos viene a la cabeza, sino que también se diseñan actividades grupales que, de hecho, resultan muy beneficiosas.

Para ello, nuestra intervención se divide en grupos socioeducativos y grupos socioterapéuticos. Los más empleados son éstos últimos, que son mayormente grupos de desarrollo de habilidades sociales y grupos de ayuda mutua. El objetivo es crear espacios seguros en los que los/as usuarios/as puedan compartir sus historias de vida y de resiliencia ante la enfermedad, al tiempo que trabajamos en diseñar estrategias de afrontamiento para empoderar, mejorar su participación social en la comunidad, y evitar el aislamiento social (López, 2022).

Así, el papel del/de la trabajador/a social en esta intervención grupal, debe estar enfocado hacia un rol facilitador y observador (para fomentar la participación de las personas y observar cómo se expresan y sienten), educador (relacionado con la enseñanza de habilidades de afrontamiento) y sobre todo, empoderado.

Uno de los grandes beneficios de este tipo de intervención es que se podrá completar la información que se tenga acerca de la persona, sus intereses, necesidades, emociones y pensamientos que, en la intervención individual, quizás no se hayan expresado.

4.      PERFIL DEL PROFESIONAL

Al igual que se ha analizado en qué consiste el Trabajo Social Neurológico, debemos detenernos también en analizar qué aptitudes y competencias deben tener los/as trabajadores/as sociales que se dedican a ello (Olmedo y Fernández, 2020).

Destacan dos puntos:

  1. Conocimientos específicos relacionados con enfermedades neurológicas:
  2. Secuelas, síntomas, terminología, tratamiento, afectación, pruebas diagnósticas, procedimientos de actuación en caso de, por ejemplo, ictus, etc.
  3. Funcionamiento del servicio médico de Neurología, sus profesionales y protocolos y guías de intervención, entre otras.
  4. Recursos y apoyos existentes para las personas que las padecen, tanto sanitarios como sociales y movimientos asociativos.
  5. Capacidad de ser un medio de relación y contacto con la comunidad, para favorecer una comunicación fluida con asociaciones y detectar riesgos psico-sociales que la entorpezcan.
  6. Competencias concretas en:
  7. Manejo de técnicas concretas del Trabajo Social como escalas de valoración, técnicas de duelo y afrontamiento ante la pérdida, y el programa informático empleado en el servicio de Neurología.
  8. Creación y dirección de un equipo de trabajo destinado al diseño de programas de intervención con pacientes y familiares, respetando los principios de intimidad de la persona, confidencialidad y los derechos de los/as usuarios/as.
  9. Participación en actividades de investigación social.

Otras actitudes inherentes a esta profesión y que es conveniente llevar a la práctica para realizar una intervención respetuosa y eficaz, son: empatía, actuación libre de juicios, y capacidad y conocimientos para dar respuesta a cada necesidad manifestada por la persona, familia, equipo multidisciplinar y sociedad.

  • CONCLUSIONES

Después de haber analizado en profundidad lo que es el Trabajo Social Neurológico, su impacto, metodología y qué formación y habilidades debe tener el/la profesional, podría decirse que las conclusiones principales que se extraen son las siguientes:

  • En primer lugar, el importante papel que tiene un/a trabajador/a social en el campo de la neurología debido a su trabajo en habilidades sociales y personales, además de que es parte de una intervención integral en la que participen otro tipo de profesionales, como médicos, terapeutas ocupacionales, psicólogos, etc. De esta manera, la enfermedad será abordada desde diferentes puntos de vista para trabajar todos los ámbitos del ser humano.
  • En segundo lugar, la gran variedad de necesidades con las que cuentan los pacientes con enfermedades neurodegenerativas. Ello va relacionado con lo que se acaba de mencionar sobre los ámbitos del ser humano, ya que esas necesidades no son solamente las fisiológicas tratadas con medicación, sino que también las hay psicosociales y merecen el mismo reconocimiento.
  • Por último y, en tercer lugar, la relevancia de la intervención grupal, muchas veces olvidada y dejada de lado al limitarse a llevar a la práctica únicamente la individual. Como ya se ha explicado, esta última puede no ser suficiente o, al menos, no tan enriquecedora como la utilización conjunta del nivel individual y grupal. Como trabajadores/as sociales, no debemos olvidar que estos niveles son complementarios y que probablemente ofrecerán mejores resultados de intervención si se combinan.

REFERENCIAS

Aguilar, M. J., y Olmedo, V. (2022). Guía práctica de Trabajo Social Neurológico. Ediciones de la Universidad de Castilla la Mancha, 36(1). https://doi.org/10.18239/atenea_2022.36.00

Agulló. A., y Martín, L. (2020). Intervención del Trabajo Social Sanitario ante los determinantes de la salud. Documentos de Trabajo Social: Revista de Trabajo y Acción Social, 63(1), 130-149.

Instituto Nacional del Cáncer. (s.f.). Trastorno neurodegenerativo. https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/trastorno-neurodegenerativo

López, V. (18 de abril de 2022). Aproximación a la Intervención en Trabajo Social en personas con Parkinson . Enfocatss-Asociación de Trabajo Social Sanitario. https://enfocatss.com/intervencion-trabajo-social-parkinson/

MedlinePlus. (s.f.). Enfermedades Neurodegenerativas. https://medlineplus.gov/spanish/degenerativenervediseases.html

Olmedo, V., y Fernández, S. (2020). Las 4 “q” del Trabajo Social en la atención a personas con enfermedades neurológicas; qué, quién, para qué y por qué. Documentos de Trabajo Social, 63(1), 7-28.

Rosso, M. E. (s.f.). Demencia: síntomas psicológicos y conductuales. Residencia de Mayores Cruz Roja San Fernando Cádiz. https://rmcruzrojasanfernando.com/articulos/sintomas-psicologicos-y-conductuales-en-la-demencia-spcd/#:~:text=Entre%20los%20s%C3%ADntomas%20psicol%C3%B3gicos%2C%20cabe,motora%20y%2Fo%20la%20desinhibici%C3%B3n.