TRABAJO SOCIAL Y MOVIMIENTO OKUPA, ¿TIENEN ALGO QUE APORTARSE MUTUAMENTE? 

Autora: Andrea Claros

Resumen 

El Movimiento Okupa surge por la necesidad de cubrir necesidades de vivienda de los individuos. Este movimiento se diferencia de otros por el componente de reivindicación política y social. Posteriormente este movimiento fue cogiendo importancia entre los jóvenes y se convirtió en un movimiento que apostaba también por la creación de espacios comunitarios para crear red entre los vecinos de los barrios más vulnerables. El Trabajo Social dentro de este movimiento puede suponer un nexo con la comunidad y las Administraciones públicas. Al unir fuerzas podemos hacer que la intervención comunitaria llegue más lejos.  

Palabras clave: Movimiento Okupa, CSOA (Centro Social Okupa Autogestionado), comunidad, Trabajo Social Comunitario 

Abstract 

The Squatting Movement arises from the need to cover the housing needs of individuals. This movement differs from others by the component of political and social demands. Subsequently, this movement gained importance among young people and became a movement that also bet on the creation of community spaces to create a network among the neighbors of the most vulnerable neighborhoods. Social Work within this movement can be a link between the community and public administrations. By joining forces, we can make community intervention go further. 

Keywords: Squatting Movement, self-managed social centers, community, Community Social Work 

Introducción 

El objetivo de este artículo es mostrar una posible alianza entre el movimiento okupa, sobre todo los CSOA (Centros sociales okupas autogestionados) y el trabajo social. Nos encontramos ante una situación socio-política marcada por las diferencias ideológica, la falta de recursos y el descontento de la población en general. Esta situación afecta en especial a los colectivos más excluidos de la sociedad y a ciertas zonas con una carencia de recursos importante. El objetivo del movimiento okupa va más allá del significado que le da la Real Academia Española: “Tomar una vivienda o un local deshabitado e instalarse en ellos sin el consentimiento de su propietario”. El significado de okupar, con el uso de la “K”, tiene un componente político, social y reivindicativo, su objetivo es dar solución y ofrecer alternativas de recursos, ante problemas sociales que el Gobierno no ha sabido dar una solución eficiente. 

El trabajo social también se ha visto afectado por la situación actual, y lo estamos viendo en la sobrecarga de trabajo. Nuestro trabajo es mejorar la situación de las personas e intentar cambiar la situación en la que nos encontramos. Por ello, la vinculación del trabajo social y el movimiento okupa puede generar muchos beneficios. En este artículo pretendo dar visibilidad al movimiento okupa y la relación con el trabajo social, mediante mis vivencias personales tanto en la universidad como en mi experiencia en la participación en centros sociales okupados. Haré un repaso sobre la historia del movimiento okupa en España, hablaré sobre la función comunitaria de los CSOA y lo vincularé al trabajo social comunitario. 

El movimiento okupa en España 

En los momentos de crisis, muchas familias se han visto obligadas a cambiar sus vidas de manera radical, algunas con más suerte que otras. El problema de la vivienda se ha incrementado en los últimos años y muchas familias no tienen los recursos suficientes para cubrir las necesidades básicas. Por otra parte, también nos encontramos con el problema de la especulación, como dicen Dieste y Pueyo (2003), “Se consideran como espacios de especulación atendiendo a intereses inmobiliarios que olvidan el uso comunitario del espacio urbano y priman los intereses y beneficios de los propietarios sobre el suelo urbano edificable”. El sentimiento de injusticia, la necesidad de crear redes de apoyo, el anhelo del sentimiento comunitario y la falta de recursos son el motor para la creación de nuevos movimientos sociales y juveniles que intentan cambiar la situación. 

El movimiento okupa en España se expandió por distintas ciudades durante los años 80 y 90, influenciados en parte por otros países de Europa con experiencias parecidas, al igual que impulsados por los nuevos movimientos juveniles que surgieron en esa época. Este movimiento surgió para dar respuesta al problema de desempleo, precariedad laboral, dificultades para el acceso a la vivienda y como alternativa cultural desligada de instituciones estatales. En España se puede considerar que el movimiento okupa tiene tres fases según Martínez (2007) 

La primera fase (1980-1995), fue la que inició el movimiento con las primeras okupaciones de viviendas desocupadas para residir en ellas con un fin de protesta social. En Madrid, Barcelona, Zaragoza, Bilbao y Valencia, el movimiento va tomando fuerza y empiezan a no solo okuparse viviendas con fines residenciales, sino que se empiezan a okupar otros inmuebles con fines culturales (charlas, biblioteca, cine, espacio de debate y reunión) a estos espacios se les dio el nombre de centros sociales.  Los CSOA son los que van atrayendo cada vez más a la juventud hasta el punto de que actualmente el movimiento es prácticamente un movimiento juvenil. 

La segunda fase (1996-2000) el movimiento va ganando fuerza y experiencia, se le puede considerar la etapa dorada (Kitschelt, 1996). En 1995 se aprueba en el Código penal una mayor sanción y persecución de la práctica de la okupación. Se produjeron más desahucios y desalojos a causa de la crisis económica, lo que paradójicamente hizo que las okupaciones de inmuebles y viviendas subiesen. Gracias a campañas políticas y a la ayuda de los medios de comunicación el movimiento se criminalizó y los enfrentamientos contra las autoridades locales se incrementaron. 

La tercera fase (2000-2006) el numero de okupaciones disminuyó y los desalojos se hicieron más notables y definitivos. El movimiento perdió fuerza en algunas ciudades, mientras que en otras como Madrid y Barcelona, el surgimiento de nuevos CSOA está relacionado a una nueva red de activismo más variado y abierto. 

Los CSOA y su función en la comunidad 

En la actualidad, el movimiento okupa tiene dos vertientes, la parte del movimiento que se ocupa de la vivienda y el que se ocupa de crear redes de apoyo en los barrios y la otra parte que se centra en crear espacios alternativos para los jóvenes en los centros sociales okupas autogestionados (CSOA). Algunas corrientes y autores consideran estos dos movimientos como movimientos diferentes, pero en mi opinión, el movimiento por la vivienda y la okupación parten del mismo punto de protesta socio-política, luchando contra las injusticias.  

La falta de vivienda, la crisis económica que retrasa la emancipación de los jóvenes y la falta de recursos económicos para poder pagar la vivienda se está haciendo cada vez más notable. Por otro lado, según el INE, en 2011 había 3 millones y medio de viviendas vacías, en parte por los planes de construcción fallidos que velaban solo por interés el económico del propietario. Para dar solución al problema se creó una de las plataformas más importantes en España que intenta buscar una solución por medio de la okupación de viviendas abandonadas o deshabitadas, la PAH (Afectados por la hipoteca).  

Por otro lado, los CSOA, pretenden recuperar el sentido de identidad de una comunidad y crear espacios culturales alternativos. Este tipo de centros suelen ubicarse en zonas con mucho índice de exclusión y pobreza. Estos centros ayudan a crear red entre los vecinos y animan a la participación ciudadana en ellos. Estos centros, desde mi experiencia en ellos, suelen estar gestionados por jóvenes que tienen un proyecto personal de activismo político y deciden ayudar al barrio donde residen de una forma alternativa. Cada centro es distinto, pero todos se centran en las necesidades que tienen los habitantes del barrio donde se encuentran. Las actividades que se realizan en estos centros van desde escuelas populares, red de alimentos y ropa, charlas, espacio cultural… Por otro lado, los CSOA son un espacio de encuentro para otras asociaciones y agrupaciones y ofrecen también un ocio alternativo para los jóvenes y un espacio seguro para muchos colectivos como el colectivo LGTB, el colectivo gitano, mujeres o inmigrantes. Pero algo que tienen en común todos los CSOA es que se favorece el empoderamiento de la ciudadanía aportándole herramientas de participación desde la construcción del tejido comunitario en los barrios, por ello los centros sociales autogestionados son una alternativa que favorece todo esto (Alonso de la Torre, 2015) 

El problema que nos hemos encontrado con algunos CSOA es que, por la falta de participación ciudadana, el proyecto ha perdido sentido y el espacio se ha convertido en algo más perjudicial que beneficioso. Esto no ayuda a la estigmatización y criminalización que sufren los CSOA actualmente. Este movimiento, por su historia, ha estado marcada por una ideología marcada, contraria a la que estaba en muchos momentos en el gobierno. Esto ha traído que los CSOA no hayan sido bien recibidos en muchas ocasiones por los vecinos del barrio. 

Trabajo social comunitario  

El Trabajo Social es defensor de los derechos humanos por lo que debe fomentar, animar y fortalecer el tejido organizativo desde la sociedad para generar recursos que den respuesta a las necesidades sociales (Alonso de la Torre, 2015). La Okupación como movimiento no da soluciones definitivas, es necesario una respuesta y compromiso del Estado para dar solución a estas necesidades.  

Desde un enfoque comunitario del trabajo social, este se basa en un trabajo de “empoderamiento” de la comunidad para dotar a los individuo, familias y colectivos de nuevos conocimientos y desarrollos de nuevas competencias para impulsar procesos de cambio y desarrollo. Para ello es necesario la creación una red de apoyo, donde se creen espacios de reflexión común y ayuda mutua. El Trabajo Social Comunitario pone el objetivo en esta creación de redes y en fortalecer los vínculos de inserción comunitaria y orienta su intervención en ello. Los problemas a los que el Trabajo Social Comunitario atiende a parte de la debilidad de los vínculos de inserción comunitaria son: a los procesos de individualización (aislamiento social, incapacidad de pedir ayuda), exclusión social (ausencia de recursos económico), condiciones de vida, esto atiende al aislamiento de los distintos colectivos excluidos. (Rodríguez, 2016) 

Por esto, el Trabajo Social Comunitario es el más adecuado para poder tener un papel dentro del Movimiento Okupa ya que ambos tienen como objetivo empoderar a la sociedad para organizarse, crear redes de apoyo y animar a la ciudadanía a la participación comunitaria.  

Entonces, ¿Cuál es el papel que podría tener el TS en el Movimiento Okupa? 

El Trabajo Social debe apoyar cualquier intento de solucionar problemas relacionados con los Derechos Humanos, una parte del Movimiento Okupa busca dar salida a una negación del derecho de la vivienda a una parte de la población; otro Derecho Humano es el respeto a la participación en la sociedad, la otra parte del Movimiento Okupa busca crear un espacio de participación comunitaria. El Movimiento Okupa es un tipo de organización colectiva que busca dar respuesta a una necesidad social, de este modo se da un proceso por el cual es la propia sociedad la que ha reflexionado, ha percibido y ha propuesto un mecanismo para solucionar un problema” (Alonso de la Torre, 2015) 

El trabajador social tiene los recursos de coordinación y puede ser el nexo de conexión con el CSOA. Si el Centro de Servicios Social tiene en cuenta el proyecto comunitario del CSOA del barrio puede animar y ser la conexión entre el centro y el barrio. Se pueden crear proyectos comunitarios comunes que cumplan el objetivo de crear red. Si el TSC puede ser un nexo, el CSOA también lo puede ser hacia el TS. En ocasiones el desconocimiento de los recursos perjudica a los individuos tanto individualmente como colectivamente, estableciendo relaciones entre ambos se puede crear un intervención más amplia y completa.  Si se crean relaciones entre el Movimiento Okupa y el Trabajo social puede ayudar a llevar el proyecto comunitario a la ciudadanía, visibilizando y descriminalizando al Movimiento.  

Conclusiones 

Lo que propongo en este artículo es la conexión entre el Trabajo Social y el Movimiento Okupa, para que la intervención comunitaria llegue más lejos y ambos se beneficien de la relación de apoyo mutuo. Ambos trabajan para cubrir las necesidades de los colectivos más excluidos por la sociedad y el Trabajo Social puede ser clave para el contacto con la Administración pública para actuar como mediador y poder poner sobre la mesa los problemas con los que cuenta este movimiento.  

Esta conexión puede suponer un punto de inflexión tanto en el Trabajo Social como en el Movimiento Okupa. Para conseguir un cambio no podemos actuar cada uno por nuestra cuenta, si nos juntamos, el impacto social puede llegar a ser mucho mayor que por separado. El momento político-social en el que nos encontramos puede ser muy peligroso para los colectivos más vulnerables, en el ámbito social debemos dejar a un lado los actos individualistas y trabajar todos juntos, ya que perseguimos el mismo objetivo. 

Bibliografía 

Alonso de la Torre Rodríguez, A. (2015). Trabajo Social Okupa. Documentos de trabajo social: Revista de trabajo y acción social, 56(1), 64-93. 

Alonso, L. E., Betancor, G., y Cilleros, R. (2015). Nuevos y novísimos movimientos sociales: una aproximación al activismo social en la España actual, 1126-1148. 

González-García, R. (2015). Movimientos sociales y vivienda en España. Boletín Científico Sapiens Research, 6(1), 31-35.  

Hernández, J. D., y Pueyo, Á. (2003). Procesos de regeneración en el espacio urbano por las iniciativas de autogestión y okupación. Scripta Nova: Revista electrónica de geografía y ciencias sociales, 7(146). 

Kitschelt, H. (1996). Political opportunity structures and political protest: anti-nuclear movements in four democracies. British Journal of  Political Science, 16(1), 55-85. 

Martínez, M. (2007). El movimiento de okupaciones: contracultura urbana y dinámicas alter-globalización. Revista de estudios de juventud, 76(1), 225-243. 

Rodríguez, M. D. (2016). La intervención del trabajador social desde las redes sociales en trabajo social comunitario: fundamentos, dimensiones y competencias. Zerbitzuan: Gizarte zerbitzuetarako aldizkaria, Revista de servicios sociales, 61(1), 65-78.