El papel de los Centros de Servicios Sociales en la prevención del suicidio de las personas mayores. Prevención del suicidio en mayores desde Servicios Sociales
Autora: María Laura Galán Sanz
El suicidio es considerado un problema de Salud Pública y, por tanto, es tratado desde el ámbito sanitario. En él inciden factores de riesgo y de protección individuales, familiares y sociales. Tomando como referencia al Ayuntamiento de Madrid, los Centros de Servicios Sociales se convierten en un escenario fundamental para su prevención especialmente en las personas mayores ya que intervienen en situaciones de pérdida de autonomía y aislamiento social
RESUMEN
El suicidio es una causa de muerte que se encuentra por encima de la media en España y está reconocido como un problema de Salud Pública, tratado desde el ámbito de la Salud Mental. Tras la pandemia, los intentos de suicidios en general y, de las personas mayores en particular, se han disparado. En nuestro país, especialmente a nivel autonómico, se están desarrollando diferentes estrategias específicas de prevención del suicidio. Estas estrategias inciden en los factores de riesgo y protección: físicos, psiquiátricos, personales, familiares y sociales, asignando el peso de la intervención sobre ellos al ámbito sanitario. En dichas estrategias se recoge la coordinación institucional, mencionando, pero no dando un papel protagonista y relevante a la prevención desde los Centros de Servicios Sociales. Como norma general, desde estos centros se implementan diferentes programas y recursos para favorecer la autonomía y el mantenimiento en el domicilio de la persona mayor, por su proximidad a la ciudadanía. Si tomamos como ejemplo a la Ciudad de Madrid, los programas y recursos que se llevan a cabo desde los Centros de Servicios Sociales inciden en los factores de riesgo y de protección vinculados al suicidio en las personas mayores, sin tener reconocido como propio este objetivo de intervención. Una prevención global del suicidio en las personas mayores debe pasar por una coordinación eficaz y la consolidación del reconocimiento de esta labor desde los Centros de Servicios Sociales
PALABRAS CLAVE: Suicidio, Prevención, Centro de Servicios Sociales, Personas Mayores.
ABSTRACT:
Suicide is a cause of death that is above the average in Spain and is recognized as a Public Health problem, treated from the field of Mental Health. In the aftermath of the pandemic, suicide attempts in general and for older people in particular have skyrocketed. In our country, especially at the regional level, different specific suicide prevention strategies are being developed. These strategies affect the risk and protection factors: physical, psychiatric, personal, family and social, assigning the weight of the intervention on them to the health field. In these strategies, institutional coordination is included, mentioning but not giving a leading and relevant role to prevention from the Social Services Centers.As a general rule, these centers implement different programs and resources to promote autonomy and maintenance in the home of the elderly, due to their proximity to citizens. If we take the City of Madrid as an example, the programs and resources carried out by the Social Services Centers affect the risk and protection factors linked to suicide in the elderly, without having this intervention objective recognized as their own. A global prevention of suicide in the elderly must go through effective coordination and consolidation of the recognition of this work from the Social Services Centers.
KEY WORDS: Suicide, Prevention, Center for Social Services, Seniors.
El pasado 10 de mayo se puso en marcha desde el Ministerio de Sanidad, dando respuesta a una demanda social, el teléfono de atención a la conducta suicida, “La línea 024” (Nota de prensa. Ministerio de Sanidad, 2022). Según la Guía de Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la conducta suicida del Sistema Nacional de Salud (GPC, 2012), “el suicidio representa un grave problema de Salud Pública” a nivel mundial (p. 15).
En el año 2020 se registró un máximo histórico de suicidios en España, con un aumento de un 7,4 % respecto a 2019. El suicidio en 2020 se mantuvo como la primera causa externa de mortalidad, con 3 941 fallecimientos, de los cuales 2 930 fueron hombres y 1 011 mujeres (Instituto Nacional de Estadística, 2021).
Para entender estos datos hay que tener en cuenta que la pandemia del Coronavirus ha generado un gran deterioro no solo en la economía mundial sino también en la sociedad. El informe de la Organización Mundial de Salud, “Salud Mental y COVID-19: evidencia temprana del impacto de la pandemia”, destaca que el Covid-19 impidió de manera significativa el acceso a los Servicios de Salud Mental, lo que provocó en muchos casos una inquietud por el aumento de comportamientos suicidas (Organización Mundial de la Salud. 2022).
Desde marzo de 2020 se constata una realidad latente en nuestras sociedades actuales que es la soledad de las personas mayores. Una pandemia que se cebaba especialmente con este colectivo y puso de manifiesto la fragilidad de las relaciones familiares y sociales.
El suicidio es considerado como una problemática de salud, pero también social, como efecto de las relaciones que tienen las personas en una comunidad, la red de apoyo con la que cuentan, así como la capacidad de afrontamiento a determinadas situaciones. Para ello es imprescindible contar con la coordinación y el apoyo institucional y social.
Los Centros de Servicios Sociales en el Ayuntamiento de Madrid (CSS), se configuran como la puerta de entrada al Sistema de Protección al situarse en el entorno próximo de la ciudadanía. Inciden, de manera directa, en aquellos factores de riesgo y de protección de la conducta suicida de las personas mayores. Desde este marco de actuación y, poniendo como ejemplo al municipio de Madrid debemos preguntarnos ¿Qué aportan los CSS en la prevención de este problema de Salud Pública en las personas mayores? Así como si ¿Es importante reconocer esta labor como una función propia de los/as profesionales del Trabajo Social que trabajan en ellos?
Método
Partiendo del Articulo 15 de la Constitución Española (Constitución Española, 1978): “Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral”, se ha realizado una revisión bibliográfica de la magnitud en datos de este problema considerado de Salud Pública, así como sus factores de riesgo y protección.
Para poder ejecutar una política socio sanitaria de prevención del suicidio, las diferentes normas jurídicas, se traducen en los diferentes Planes de Salud Mental, estatal y autonómicos, así como en las diferentes estrategias de prevención de la conducta suicida, perteneciendo al ámbito sanitario.
Desde el ámbito sanitario se encuentra publicada a nivel estatal la “Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2022-2026”. (Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, 2021). Con una Línea de trabajo dedicada a la prevención del suicidio, establece como Recomendación: “Fomentar la cooperación con otros sectores en el marco de la Agenda 2030 para la consecución de estos objetivos” (p. 82).
A nivel estatal no existe una Estrategia propia de Prevención del Suicidio. En la actualidad, existen iniciativas en algunas Comunidades Autónomas que cuentan con un Plan específico sobre este tema: Aragón, Asturias, Galicia, La Rioja, País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Canarias (Observatorio del Suicidio en España. 2021). En todos estos planes, se reconoce la importancia de trabajar sobre los factores de riesgo y de protección, haciendo referencia a la coordinación con otros sistemas afines. Como norma general, se menciona a los/as trabajadores/as sociales, pero enfocados siempre desde el ámbito sanitario. A continuación, se han investigado aquellos factores de riesgo y protección del suicidio en las personas mayores.
Desde el ámbito de los Servicios Sociales y más concretamente desde el municipio de Madrid y, del Trabajo Social, se ha realizado una revisión del Código Deontológico de nuestra profesión (Consejo General del Trabajo Social, 2012), la Ley 11/2003, de 27 de marzo, de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid (Ley de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, 2003), así normativa propia municipal de la Ciudad de Madrid (Ayuntamiento de Madrid, 2009) y la Memoria de Actividades 2020 del Área de Gobierno de Familias, Igualdad y Bienestar Social, del Ayuntamiento de Madrid, que recoge las prestaciones y recursos dirigidos a personas mayores que se ofertan desde los CSS (AGFIBS, 2001).
RESULTADOS
Nos enfrentamos a un problema de Salud Pública, al que, para dar una solución, se han publicado diferentes Estrategias enfocadas en el ámbito de la Salud Mental, sin tener una Estrategia Nacional y, que no están elaboradas en todas las comunidades autónomas. En todas ellas se promueve la coordinación con otras instituciones y Administraciones afines, así como aquellos factores de riesgo y protección frente a la conducta suicida.
A aquellos factores de riesgo y protección de la población en general, en cuanto a las personas mayores, según recoge la GPC, se pueden añadir factores de riesgo y de protección en la conducta suicida más específicos de este colectivo (GPC, 2012, p. 218-221):
Entre los factores de riesgo destaca la presencia de enfermedad mental, especialmente el diagnóstico de depresión. También puede contribuir otras fuentes de estrés, empeoramiento de una enfermedad crónica, pérdida gradual de independencia, el duelo, aislamiento social, situaciones vitales estresantes. Debemos tener en cuenta que los intentos de suicidio se incrementan con la edad y que el colectivo de personas mayores emplea métodos más letales.
En lo que se refiere a los factores protectores, la GPC diferencia entre factores personales, familiares y sociales. Entre los factores personales se pueden incluir la habilidad para resolver conflictos o problemas, buenas relaciones interpersonales, buenas habilidades de comunicación o hábitos saludables de vida. Los factores familiares, por su parte, incluyen aspectos como el apoyo familiar. Los factores sociales hacen referencia a disponer de servicios eficaces de Salud Mental, la integración social, o la disponibilidad de tratamiento integral.
La finalidad del Sistema Público de Servicios Sociales es “la promoción del bienestar de las personas, la prevención de situaciones de riesgo y la compensación de déficits de apoyo social, centrando su interés en los factores de vulnerabilidad o dependencia que, por causas naturales o sobrevenidas, se puedan producir en cada etapa de la vida y traducirse en problemas personales” (Ley de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, 2003, Artículo 3). Una finalidad u objetivo común en las diferentes leyes autonómicas.
Según recoge la Memoria de Actividades 2020 del Área de Gobierno de Familias, Igualdad y Bienestar Social del Ayuntamiento de Madrid (AGFIBS, 2021). Los CSS “constituyen la puerta de entrada al Sistema de Servicios Sociales y a las prestaciones profesionales, económicas y los servicios que dependen de las distintas Administraciones. Además, proporcionan asesoramiento y apoyo social, así como atención a situaciones de desprotección social” (p. 217).
Como acciones propias dirigidas a las personas mayores que se desarrollan desde estos Centros, nos encontramos con el seguimiento y la gestión de la conocida como “Ley de Dependencia”, la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia (LAPAD, 2006). -Esta Ley establece en su Artículo 15, que el Catálogo de Servicios, “comprende los Servicios Sociales de Promoción de la Autonomía Personal y de Atención a la Dependencia”, como sería el Servicio de Ayuda a Domicilio, Teleasistencia Domiciliaria, Centros de Día, entre otros.
Los Centros de Servicios Sociales contribuyen al seguimiento y tramitación de gestiones referentes a los expedientes asignados. Por su carácter de proximidad, participa en la valoración realizando el informe social de entorno.
Desde los Centros de Servicios Sociales, se realiza la valoración, seguimiento y gestión, de prestaciones propias municipales que exceden el Catálogo de Servicios de la “Ley de Dependencia”, como se establece en la Ordenanza Municipal por la que se regula el acceso a los servicios de Ayuda a Domicilio para mayores y/o personas con discapacidad en la modalidad de atención personal y atención doméstica, de Centros de Día, propios o concertados, y Centros Residenciales, para mayores, del Ayuntamiento de Madrid (Ayuntamiento de Madrid, 2009), por ejemplo: servicio de comida a domicilio, lavandería, adaptaciones geriátricas.
Dados los diferentes servicios y/o prestaciones citadas, nos encontramos con un perfil de persona mayor, que acude a los CSS en situaciones de fragilidad y vulnerabilidad social, que precisan de apoyos en diferentes áreas de su vida para mantener su autonomía. Situaciones de empeoramiento de una enfermedad crónica, pérdida gradual de independencia, el duelo por pérdida de autonomía y de seres queridos, aislamiento social, situaciones vitales estresantes
Existen también otros programas como “Cuidar a Quienes Cuidan”, “Prevención de la Soledad no Deseada”, “Atención a la vulnerabilidad social de las personas mayores”. Todas estas acciones tienen como objeto el mantenimiento de la persona mayor en su domicilio y potenciar su autonomía y calidad de vida (AGFIBS, 2021, p.175-212).
Coincide que, para poder dar un servicio de calidad a la ciudadanía, desde los CSS se trabajan aquellos factores de riesgo de la conducta suicida, mencionados más arriba. Por ello, la Unidad de Trabajo Social de los CSS, cómo prestación técnica, interviene en aquellos factores de protección que puedan ayudar a resolver las diferentes situaciones analizadas, esto es, interviene en aquellos factores personales, familiares y sociales de prevención de la conducta
El/la trabajador/a social, será el/la profesional de referencia de la persona o familia y el/la encargada de canalizar los apoyos que precise, asegurando la globalidad de las actuaciones y realizando las coordinaciones necesarias.
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CONCLUSIONES
De los datos expuestos se puede constatar que el suicidio es un problema considerado de Salud Pública que exige una intervención socio sanitaria a todos los niveles de la persona. Se deben implementar todos los recursos para dar una respuesta real.
Tomando como ejemplo al Ayuntamiento de Madrid, desde los CSS se realiza una intervención globalizadora con las personas mayores, que busca potenciar su autonomía y calidad y que incide en la prevención de los factores de riesgo y protección de la conducta suicida. Estos centros aportan una labor de prevención en los niveles personales, familiares y sociales, de la conducta suicida.
Por tanto, se vuelve necesario reconocer está función que recae en los/las profesionales del Trabajo Social para poder hacer eficaz la coordinación entre los diferentes sistemas en intervención con la persona en la prevención del suicidio más allá de la centralización desde el ámbito sanitario. Con un abordaje interdisciplinar y protocolizado, se pueden detectar, prevenir e intervenir en situaciones de riesgo de la conducta suicida
BIBLIOGRAFIA
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