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GERONTOLOGÍA.Cuidados a domicilio para personas mayores. Nuevos retos

Silvia Sierra Fernández de Sevilla

Resumen
El presente artículo pretende concienciar a los profesionales del ámbito de la Gerontología sobre el cambio de modelo de atención en los cuidados a domicilio para las personas mayores. A través de las nuevas técnicas de intervención social la persona se sitúa en el centro del servicio, respetando su dignidad y autonomía. El nuevo modelo apuesta por la Atención Centrada en la Persona, donde la persona es única y está en el centro de los cuidados. Cuidados proporcionados por un equipo interdisciplinar, que acompaña a la persona y a su familia en todo el proceso. Avanzar en la atención domiciliaria supone un gran reto. El cambio de modelo de atención unido a la tecnología puede proporcionar la continuidad asistencial y una calidad de vida. El SAD del futuro pone en valor la humanización de la tecnología en favor de las personas mayores.

Palabras clave: Gerontología, Atención centrada en la persona, Cuidados a domicilio, Intervención social, Tecnología.

  1. Introducción

El ámbito de la gerontología se encuentra en pleno proceso de cambio. El aumento de la esperanza de vida y el incremento de la edad de las personas pertenecientes al baby boom español hace que reflexionemos sobre el cambio de paradigma en los cuidados de las personas mayores.

En el año 2050 las personas mayores de 65 años representarán más del 30 % de la población total española y el número de personas mayores de 80 años llegarán a situarse en los cuatro millones. Según los datos del Consejo Superior de Investigación Científica (CSIC). Toda esta información nos acerca a la situación que se vivirá dentro de unos años, donde habrá un aumento de las personas dependientes que serán susceptibles de necesitar atención profesional.
Estas previsiones hacen necesario que los diferentes ámbitos políticos, sociales, y sanitarios entre otros, estén preparándose para el significativo aumento de la población mayor, que se producirá en los próximos años. Esto supone la preparación de la mejora de los recursos asistenciales y sociosanitarios, entre los que algunos de ellos se encuentran en plena evolución y desarrollo. La aparición de nuevos modelos de atención en el ámbito gerontológico y el uso de la tecnología en los servicios de atención a la población mayor son los nuevos retos, para ofrecer unos cuidados de calidad.

  1. Gerontología en proceso de cambio

El desarrollo que estamos viviendo se fundamenta en la evolución de las prestaciones y servicios dirigidos a intervenir con este grupo de población, cada vez más cercano a un enfoque centrado en la persona, que con el desarrollo de nuevas técnicas de intervención facilitan el cuidado de las personas mayores y/o dependientes en el entorno domiciliario.

Uno de los ámbitos en los que más avances estamos observando en los últimos años, ha sido en el sector de la atención domiciliaria. El 82 % de las personas mayores de 65 años, quieren envejecer en su propia casa (Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España, 2017). Este dato nos indica el esfuerzo que tienen que realizar las instituciones públicas y privadas para poder ofrecer unos servicios de calidad.

Por su tipología, la atención domiciliaria encaja a la perfección con los valores propios de la Atención Centrada en la Persona, tales como la individualización de la atención, la profesionalización de los cuidados, el fomento de la autonomía y el mantenimiento de la persona en su entorno habitual. Estos cuidados se centran en las actividades básicas de la vida diaria y en los servicios especializados que aportan los/as profesionales del ámbito de la Medicina, la Enfermería, el Trabajo Social, la Terapia Ocupacional o la Fisioterapia, entre otras muchas disciplinas.
Estos recursos de apoyo domiciliario resultan clave para la calidad de vida de las personas mayores y requieren de un abordaje integral, centrado en la persona y con una visión holística del ser humano, teniendo en cuenta la importancia de fomentar el derecho a decidir cómo y de qué manera se quiere vivir. Para ello, es imprescindible una coordinación sociosanitaria que permita conciliar el cuidado de las familias y que proporcione respuestas integrales y eficaces para la vida real de las personas, en todos los ámbitos: preventivo o de promoción de la autonomía, de apoyo o supervisión en la vida diaria, rehabilitador para períodos de convalecencia, de cuidado continuado en situaciones de mayor dependencia y de apoyo para situaciones más delicadas como puedan ser la necesidad de aplicación de cuidados paliativos.

Necesitamos un modelo de intervención domiciliaria que ubique a la persona en el centro de este servicio. Para ello, se requiere de un equipo profesional interdisciplinar, una valoración sociosanitaria integral y un plan de intervención domiciliaria adaptado a las necesidades de cada caso, con evaluación y seguimiento continuo.

Es decir, un sistema de cuidados que permita la mayor autonomía funcional de la persona, durante el mayor tiempo posible y que vele no sólo por prestar el servicio que cada persona necesita (apoyo en tareas domésticas, atención higiénico-sanitaria o acompañamiento en actividades cotidianas), sino que contribuya a evitar situaciones de soledad no deseada, que respete la intimidad de la persona y la dignifique en la medida de lo posible, al desarrollo de su proyecto vital.

  1. Antecedentes de la Atención Centrada en la Persona

El origen de la Atención Centrada en la Persona (ACP) se sitúa en la psicología humanista, con Carl Rogers y su Terapia Centrada en el Cliente (1961). “Las personas son seres con experiencia, dignidad e interdependencia”.
La teoría humanista es fundamental a la hora de entender la Atención Centrada en la Persona, ya que pretende alejarse de la idea de que el ser humano es la suma de sus partes para dar lugar a una definición de las personas como seres con experiencia, dignidad o interdependencia, valores fundamentales en el Modelo de Atención Centrada en la Persona. Este modelo debe su evolución a campos tan diversos como la medicina, enfermería y la terapia ocupacional entre otros.
La Planificación Centrada en la Persona (PCP) surgida entre los años 70 y 80 en el ámbito de la discapacidad, fue otro de los movimientos que participó en la formación de la ACP tal y como la conocemos hoy en día. Este movimiento reivindicativo comenzó a formular varios de los principios que hoy en día la Atención Centrada en la Persona asume en su decálogo, entre los que podemos destacar la importancia de la atención individualizada, la colocación de la persona en el centro del proceso de planificación o la interdependencia del sujeto con su red social próxima.

  1. ¿Hacia dónde queremos avanzar? Diferencias de los modelos
    MODELO ACTUAL SAD
    (Modelo centrado en el servicio) FUTURO MODELO SAD
    (Modelo Centrado en la Persona)

Se centran en déficits y necesidades de la persona. Sitúan su foco en las capacidades y habilidades de la persona.
Intervención más concreta: conductas alteradas, patologías. Intervención global. Planes de vida.
Las decisiones dependen de los profesionales. Las decisiones se comparten con usuarios, familia, amigos y profesionales.
Despersonalización del servicio (rotación personal). Atención individualizada. Mismo profesional de cuidados.
Se centran en cubrir las plazas que ofrece el servicio. Se centran en la calidad de vida.
Objetivos vacíos. Objetivos centrados en las necesidades y preferencias de la persona.
Gestión de calidad ineficiente. Calidad del servicio.
Persona que se adapta al servicio. Persona en el centro de los cuidados.
Las personas están encuadradas dentro del contexto de los servicios sociales. Los/as usuarios/as son vistas dentro de su entorno habitual.
Centrado en la atención personal y doméstica. Complementa cuidados con la aportación de las diferentes disciplinas: Trabajo Social, Enfermería, Terapia Ocupacional, Fisioterapia, etc.
Confían en equipos estándares interdisciplinarios, lo que conlleva mayor rigidez. Crean equipos para solucionar los problemas que vayan surgiendo, lo que conlleva flexibilidad.
Gestión de recursos humanos. Asignación del profesional adecuado según las necesidades de la persona.
Inexistencia del/de la profesional de referencia. Profesional de referencia.
Su intervención prioriza aspectos, conductas alteradas, patologías, etc. Intervención/Herramientas: Valoración sociosanitaria y Plan de cuidados.
Escasa coordinación con otros recursos. Coordinación con los diferentes recursos de proximidad al/a la usuario/a.
Inexistencia de la tecnología. Tecnología para sumar.

http://www.acpgerontologia.com/acp/queaportadenuevo.htm
(Teresa Martínez, 2013. En: www.acpgerontologia.com)
Algunas características de los modelos de atención, según estén centrados en la persona o en el servicio. Adaptado de Sevilla J; Abellán R; Herrera G; Pardo C; Casas X; Fernández R (2009).

  1. Herramientas de intervención social:

5.1 . Valoración Sociosanitaria
Estudio biopsicosocial en el que el/la profesional conoce a la persona mayor dentro de su entorno, con el objetivo de valorar su estado físico, cognitivo, funcional y social.

Es fundamental que partamos de una valoración integral de la persona para identificar sus capacidades, deseos, preferencias y sus necesidades. Así posteriormente seremos capaces de elaborar un plan que recoja los apoyos que la persona necesita para buscar unos índices adecuados de calidad de vida en el domicilio. Esta valoración deberá́ hacerse desde una perspectiva positiva, basada en la búsqueda de las capacidades de la persona mayor, en lugar de centrarnos en sus limitaciones o debilidades.

En esta valoración integral se podrán tener como referencia los siguientes aspectos:

• Biografía (Modo de vida, preferencias y deseos).
• Estado físico (ABVD e instrumentales).
• Estado cognitivo (recomendaciones/actividades significativas).
• Gestión de la medicación.
• Valoración de la movilidad (apoyo/ayudas técnicas).
• Grado de dependencia que sufre la persona.
• Relaciones sociales (familia, amigos, voluntariado).
• Entorno físico en el que reside (adaptabilidad del entorno, ayudas técnicas).
Una vez que tengamos en cuenta estas cuestiones habremos realizado una valoración integral de la persona, lo cual será́ imprescindible a la hora de avanzar en el desarrollo del Plan de Cuidados.
5.2 . Plan de Cuidados
Es el plan de actuación dirigido a la persona, que la hace partícipe de sus propios cuidados, con la colaboración de la familia y su cuidador/a.
Supone un abordaje holístico (conociendo los aspectos físicos, mentales, emocionales y sociales que forman parte de cada persona) e integral, siendo la persona el eje central de nuestros cuidados.
La cuidadora seguirá las indicaciones del plan de cuidados en lo referente a la atención personal (ABVD) y actividades instrumentales de la persona. Así mismo tendrá en cuenta las recomendaciones proporcionadas en el plan de cuidados por el/la profesional (trabajador/a social) en cuanto a las actividades significativas que permitan la mejora de física (realización de actividad física, mantenimiento de la movilidad), cognitiva (realización de pasatiempos o cuadernos cognitivos) y emocional de la persona (relaciones sociales).

  1. Nuevos retos
    Entre los nuevos retos encontramos un modelo de atención domiciliaria que implemente acciones para fomentar un envejecimiento activo y saludable, que garantice una atención continuada a lo largo de la última etapa vital, favoreciendo el principio de autodeterminación y con un Sistema de Servicios Sociales que apueste por unos cuidados a domicilio de calidad adaptado a los nuevos modelos de familia actuales, y que al mismo tiempo entienda que las necesidades de las personas cambian según sus enfermedades y situaciones personales. Buscar herramientas que ayuden a proporcionar una continuidad asistencial, y a evitar hospitalizaciones innecesarias, al sincronizar los diferentes servicios de salud, son los grandes retos que tienen los servicios de ayuda a domicilio. Con el uso de las tecnologías se puede lograr.
    La irrupción de la pandemia ha puesto de relieve las muchas posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para mejorar la salud y el bienestar de las personas mayores. Se ha demostrado que la tecnología es una herramienta muy eficaz en la prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de muchas patologías, así como a la hora de preservar la salud física y mental de las personas de edad avanzada. Las nuevas tecnologías reducen los niveles de ansiedad e inquietud de las personas, y tienen una capacidad predictiva de los servicios de teleasistencia, telemedicina y la telemonitorización a través del Big Data.
    La tecnología para la prevención y promoción de la salud también es un reto. Senniors, entidad de ayuda a domicilio para personas mayores ha puesto en marcha un programa de longevidad saludable personalizado que ayuda a cambiar los hábitos para que las personas disfruten de una vida plena (Vitalidad +).
    En España, la esperanza de vida es de 85 años gracias a los avances en la ciencia. Sin embargo, la medicina no hace que vivamos mejor. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tan solo gozamos de 65 años de buena calidad de vida ¿Dónde quedan esos 20 años de diferencia? La respuesta depende de nuestro estilo de vida.
    Para combatir los mal llamados efectos de la edad, el programa de longevidad saludable, Vitalidad+ ofrece un plan a medida para adquirir buenos hábitos basado en los cuatro Pilares del Bienestar: Actividad física, Nutrición, Sueño y Mindfulness.
    Cada participante de Vitalidad+ cuenta con un/a profesional de referencia (Coach de Longevidad) que lo apoya y anima a conseguir sus metas. Este/a profesional realiza una entrevista personal para crear un plan inicial a medida según las circunstancias y los objetivos de cada persona. Además, es el encargado de actualizar las actividades, sesiones y recetas de cada plan personalizado en relación con los avances en las rutinas.
    Para ello, cuenta con dos grandes herramientas: las pulseras y relojes de actividad Fitbit y la IA Florence desarrollada por Senniors. Fitbit registra los datos de las rutinas y Florence interpreta las métricas para optimizar cada plan y hacerlo todo un éxito.
    Para facilitar la accesibilidad a la tecnología, el/la profesional (Coach) también está disponible para ayudar con su uso y para resolver cualquier consulta sobre el programa.
    Para facilitar la visualización de las dinámicas y las métricas, el programa cuenta con una APP de soporte exclusiva para los/las usuarios/as, para que puedan acceder a sus rutinas completas. Sesiones actuales, realizadas y pendientes, las recetas recomendadas y actividades alternativas para sacar el máximo partido al programa.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid. Código Deontológico. Madrid. COTSM. Extraído el 3/12/2018 de http:// www.comtrabajosocial.com/ paginas/codigodentontologico/.
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Geriatricarea: Artículo Geriatricarea: “La intervención domiciliaria, clave para la calidad de vida de las personas mayores”.

Grupo de Trabajo Social de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG)
https://www.geriatricarea.com/2023/03/20/la-intervencion-domiciliaria-clave-para-la-calidad-de-vida-de-las-personas-mayores/

Inforesidencias: Artículo Inforesidencias: “¿Cuándo contratar una cuidadora?”
Rubén Yusta Tirado
https://www.inforesidencias.com/blog/index.php/2022/05/29/cuando-es-el-momento-de-contratar-a-una-cuidadora/

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Martin, E., y Santos, V. (2016) Las historias de vida y su manejo terapéutico en los centros gerontológicos. Revista Electrónica de Psicogerontología Neurama, 13. ISSN 2341-4936.
Pérez, J., Abellán, A., Aceituno, P., y Ramiro, D. (2020). Un perfil de las personas mayores en España, 2020. Indicadores estadísticos básicos. Informes Envejecimiento en red nº 25. http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/enred-indicadoresbasicos2020.pdf

Rodríguez, T. (2018). La Atención Centrada en la Persona.
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Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España. (11 de diciembre de 2017). El 82 % de las Personas Mayores en España, quiere envejecer en su propia casa. https://www.mayoresudp.org/el-82-de-las-personas-mayores-en-espana-quiere-envejecer-en-casa/
Yusta, R. (2017). El Trabajo Social y el Método de Atención Centrado en la Persona. Trabajo Social Hoy, 81.