¿TE HACES RESPONSABLE DE TI MISMO/A? EL PROCESO DE AUTOAYUDA
Autoras: María costa Rodríguez y Natalia Suffo Peñalver
RESUMEN
El artículo está dividido en tres partes. En la primera se habla los antecedentes históricos del movimiento de autoayuda y de las características de dichos grupos, donde se hace una diferenciación entre grupos de ayuda mutua y grupos de autoayuda. En la segunda parte se centra en hablar del paradigma que presenta Riessman (1995) y se mencionan los aspectos básicos de los grupos de autoayuda desarrollados por Vidal (1991). Y, por último, en la tercera parte se desarrollan las funciones de estos grupos según Ana Barrón (1996) y se habla sobre el grupo de autoayuda más conocido en España que es Alcohólico/as Anónimos/as.
ABSTRACT
The article is divided into three parts. The first discusses the historical background of the self-help movement and the characteristics of such groups, where a differentiation is made between mutual aid groups and self-help groups. The second part focuses on the paradigm presented by Riessman (1995) and mentions the basic aspects of the self-help groups developed by Vidal (1991). And finally, in the third part, the functions of these groups are developed according to Ana Barrón (1996) and talk about the self-help group better known in Spain that is Alcoholics Anonymous.
Palabras clave: grupos de autoayuda, Alcohólicos/as Anónimos/as, empoderamiento, sociedad.
Key words: self-help group, Alcoholics Anonymous, empowerment, society
INTRODUCCIÓN
La autoayuda se puede definir como la capacidad de hacerse responsable de uno mismo, no solo en el ámbito de lo físico, sino también en los niveles mentales y emocionales de cada persona.
Los grupos de autoayuda se remontan a los años 40 en Estados Unidos, a partir de la publicación del libro Alcohólicos Anónimos en 1939 (que hoy en día es un programa muy conocido y con resultados favorables para tratar la dependencia al alcohol); este libro trataba de dos ex‑alcohólicos que decidieron llevar la abstinencia mediante reuniones de ambos, en las que predominaba el acompañamiento y la escucha activa, y sobre todo la ayuda mutua y sin juicio.
Los grupos de autoayuda se podrían definir como una agrupación de personas que comparten un mismo problema, los cuales organizan entre ellos reuniones con el fin de aprender competencias que los lleven a afrontar ellos mismos su propio problema. Estos grupos no comienzan siendo guiados por ningún profesional, sino que son las personas con una misma situación problema las que se reúnen para conformar en un primer momento los grupos. Existen también grupos llamados de ayuda mutua que sí requieren de ser guiados por un/a profesional que les proporcione las herramientas necesarias para superar sus adversidades, y que pueden llegar a convertirse en grupos de autoayuda si el/la profesional considera que puede retirarse y dejar a los/las participantes gestionar el grupo por sí mismos/as.
La creación de grupos de autoayuda permite a los/las adultos/as mayores crear espacios donde poder expresarse sin juicios hacia su persona y pueden compartir muchas problemáticas comunes. Además, se generan fuertes vínculos y se construye el sentido de la pertenencia a un grupo, por lo que se considera una opción muy acertada.
Para proseguir con el desarrollo del modelo de autoayuda debemos de incidir en la diferenciación entre ayuda mutua y autoayuda, ya que ambas tipologías grupales suelen ser poco diferenciables. Una de sus principales diferencias es la presencia de un/a profesional, puesto que en los grupos de ayuda mutua existe esta figura y los grupos de autoayuda funcionan de manera independiente sin necesidad de un/a profesional de referencia. Asimismo, la funcionalidad de los grupos de autoayuda presta únicamente un servicio directo, centrado en los problemas individuales de cada persona, mientras que los grupos de ayuda mutua no solo presentan el servicio directo, sino que también se orientan hacia la acción social (tratamiento de problemas que afectan a la sociedad), hacia el cambio en la legislatura y hacia la recaudación de fondos sobre un problema que afecta o afectó a los/las individuos/as del grupo directamente.
Se ha producido un auge en los grupos de autoayuda en el Estado Español estos últimos años debido a la sobrecarga y los límites que los/las profesionales de Servicios Sociales y de la Sanidad han y están experimentando, y junto con el incremento de la creencia de que no se requiere siempre a un/a profesional para trabajar las dificultades y la promoción de los/las individuos/as con los/las que trabajan dichos/as expertos/as.
LA AUTOAYUDA COMO PARADIGMA Y NUEVA PERSPECTIVA DE TRABAJO
Según Riessman (1995) esta perspectiva redefine, reestructura y potencia los procesos de ayuda sin la necesidad de grandes incrementos de costes. Según este autor cambia el objeto de intervención, pasa de ser persona en “necesidad de ayuda” a transformarse en “persona que puede ayudar”, reconvirtiendo la experiencia personal de rehabilitación o sufrimiento en un potencial de ayuda para otros y para sí mismo/a. Se ve a las personas como colectivos o usuarios/as en los que queremos potenciar algo, en vez de sujetos con una situación/problema que cambiar.
Este paradigma resulta muy atractivo en países europeos, puesto que actualmente se potencian programas y servicios que colaboran con grupos de autoayuda. Se ha de tener en cuenta que el paradigma de autoayuda expuesto por este autor está enfocado en la sociedad norteamericana donde existe un sistema económico y político que promueve la iniciativa privada e individual, junto con la auto-responsabilización ciudadana. Esta sociedad separa, por una parte, la solidaridad y, por otra, el individualismo, valores que favorecen el deseo de colaborar y la búsqueda de control interno de las personas. A los grupos de autoayuda para superar situaciones de pérdida, rehabilitación, adicciones o para el afrontamiento de una enfermedad crónica o letal.
ASPECTOS BÁSICOS DE LOS GRUPOS DE AUTOAYUDA
Un resumen realizado por Sánchez Vidal (1991) destaca los aspectos más importantes de los grupos de autoayuda, los cuales redactaremos a continuación:
- La existencia de un compromiso individual de cambio e implicación como igual en el grupo.
- La reciprocidad y mutualidad (asociación con régimen de prestaciones mutuas).
- El autogobierno o la autogestión del propio grupo, ya que el programa y filosofía del mismo son decididos por los propios miembros del grupo.
- La importancia del aspecto más relevante del cambio que es la acción que se realiza después de las sesiones de grupo.
- La percepción del apoyo social (información, guía y orientación) implícita en la dinámica recíproca e igualitaria de estos grupos.
- La experiencia común de los miembros del grupo como criterio específico y necesario para la pertenencia al grupo.
- El control social que ejerce el grupo sobre sus individuos/as como método que facilita el cambio de actitud y conducta a través del compromiso individual con las distintas normas definidas por dichos miembros que conforman el grupo.
FUNCIONES QUE CUMPLEN LOS GRUPOS DE AUTOAYUDA
Según Ana Barrón (1996) las principales funciones que cumplen los grupos de autoayuda son:
- Proporcionar una oportunidad para la autorrevelación y la crítica mutua, según la autora en los grupos de autoayuda se debe generar un clima de solidaridad e igualdad que impulse a los participantes a compartir experiencias, sentimientos, reconocer fracasos…proporcionándoles una toma de conciencia que les ayude a aprender nuevas respuestas individuales y les permita dar feed-back al resto de miembros del grupo.
- Enseñar estrategias afectivas para afrontar las situaciones cotidianas. Como hemos explicado anteriormente estos grupos son para personas que están viviendo experiencias similares, cuyos problemas se repiten y las respuestas que adoptan o aprenden suelen ser adecuadas para el resto de las circunstancias. Por otro lado, dichas estrategias les ayudan a apoyarse entre ellos ante cualquier fracaso y a obtener refuerzo positivo ante las victorias individuales de cada uno del grupo.
- Proporcionar modelos de conducta. Como en estos grupos no hay distinciones formales entre los participantes, una persona que llegue nueva puede sentirse fácilmente identificada con algún miembro que tenga más experiencia. Las actitudes y conductas positivas que los/las participantes expresan a lo largo de las distintas sesiones retroalimentan a los/las nuevos/as integrantes.
- Promover el sentimiento psicológico de comunidad. El hecho de que una persona se rodee de gente que esté atravesando las mismas dificultades o que tengan características comunes disminuye la percepción del fracaso, la autoevaluación negativa que se hacen a ellos mismos y el aislamiento. Además, se ha de tener en cuenta que esta función aumenta la competencia personal y la capacidad de generar respuestas saludables.
- Proporcionar una red de relaciones sociales. Dicha función fomenta la creación de vínculos sólidos basados en la confianza, en la comunicación y en la escucha de situaciones personales e íntimas. En algunos grupos los miembros llegan a apoyarse fuera de las sesiones, siendo ellos mismos un propio recurso, suele darse, por ejemplo, en los descansos de cuidadores de enfermos crónicos.
- Facilitar una ideología que de significado a las circunstancias particulares de la vida diaria que no se ajustan a la norma ideal. Estos grupos dan sentido de identidad personal y reducen los sentimientos de rechazo, incertidumbre, temor y ambigüedad que son provocados por el trato que reciben de la sociedad. Las situaciones que viven se pueden ver reflejadas en programas como el programa de Alcohólicos/as Anónimos/as de los 12 pasos (que explicaremos más adelante).
Lo que hace que todas estas funciones se puedan cumplir en los grupos de autoayuda según Katz y Hermalin (1987) son:
- Coherencia entre ideología y sistema de creencias de los/las miembros del grupo junto con la orientación del plan de acción del mismo.
- Sentido de pertenencia al grupo durante el tiempo de las sesiones.
- Interacción grupal entre los miembros y no dirigida hacia un líder.
- La estructura grupal igualitaria compuesta por personas que están experimentando la misma o similar situación vital.
- Contexto grupal no clínico.
- Son grupos en los que solo se ha de aportar una cuota para gastos mínimos como, por ejemplo, café, bolígrafos, dulces, hojas divulgativas…
- El proceso de toma de decisiones y la auto responsabilización
LOS 12 PASOS DE ALCOHÓLICOS/AS ANÓNIMOS/AS
Alcohólicos/as Anónimos/as (AA) es una comunidad de autoayuda conformada por personas que están en recuperación de la enfermedad del alcoholismo. El objetivo de AA es que sus miembros permanezcan alejados del alcohol durante un día, es decir, no prometer jamás volver a beber sino ponerse objetivos a corto plazo. Es de vital importancia el papel de la familia y la comunicación entre los miembros de los grupos existentes. A continuación, se desarrollan los 12 pasos que se proponen para garantizar una mejor recuperación:
- Admitir la adicción que la persona tiene al alcohol y asumir que su vida se había vuelto ingobernable.
- Llegar al convencimiento de que se puede volver a tener un sano juicio gracias a un poder superior, es decir, aferrarse la persona a las creencias que tenga para volver a tener estabilidad.
- Poner las voluntades y vidas de los pertenecientes al grupo al cuidado de Dios, no se tienen que entender Dios como una deidad religiosa, en este caso, para AA la palabra Dios simboliza un poder superior, incluso terrenal a lo que la persona pueda conseguir aferrarse con el fin de no recaer.
- Realizar un inventario moral de una historia biográfica de uno/a. Usualmente suele ser narrada delante de todos los miembros del grupo para que haya contextualización de la situación de cada persona, cada persona tiene un tiempo diferente a lo que el grupo se adapta, ya que todos/a son uno/a y se ayudan mutuamente.
- Admitir hacia los demás y hacia uno/a mismo/a los defectos que tenemos.
- Estar predispuesto/a a liberarse de todos los defectos de carácter que cada uno/a tiene.
- Reconocer nuestros defectos y ser conscientes de que han de cambiarse.
- Realizar una lista donde se apunten a todas las personas a las que se ha ofendido con actos y se esté dispuesto a reparar el daño causado.
- Reparar el daño causado a todas las personas posibles, excepto a aquellos/as que les implique algún problema.
- Realizar un empoderamiento personal y concienciarse de los errores cometidos a diario, creando herramientas en las que poder apoyarse.
- Buscar a través de la medición u oración un contacto más profundo con uno/a mismo/a para generar fortalezas.
- Tratar de llevar el mensaje aprendido en los pasos anteriores al día a día.
CONCLUSIÓN
Como hemos podido desarrollar a largo de este trabajo, hace más de 40 años que existen los grupos de autoayuda en España. El movimiento en nuestro país es todavía reciente, aunque se va incrementando cada día con la gran proliferación de asociaciones de familiares o afectados.
Las nuevas estructuras desarrolladas en el artículo conviven con los programas de salud y servicios sociales como organismos que fomentan el apoyo entre los/las ciudadanos/as.
Para ampliar la información sugerimos la lectura de los primeros libros que empezaron a surgir sobre la autoayuda en los años 70, tales como Support Systems and Mutual Help: Multidisciplinary Explorations de Gerald Caplan y Marie Killilea; libro que fomenta la concienciación sobre la autoayuda.
BIBLIOGRAFÍA
Barron, A. (1996). Apoyo Social. Aspectos teóricos y aplicaciones. Siglo XXI.
Katz, A., y Hermalin, J. (1987). Self-help and prevention. En J. Hermalin y J. A. Morell. Prevention planning in mental health. Sage. https://journals.copmadrid.org/clysa/archivos/58100.pdf
Riessman, F. (1995). Redefining self-help. Police and practice. Jossy-Bass publishers. https://psycnet.apa.org/record/1995-97724-000
Sánchez, A. (1991): Psicología Comunitaria. Bases Conceptuales y Métodos de Intervención. PPU Universidad de Ciencias Sociales. psicomunsaojoaodr.pdf