APOYO A LA BÚSQUEDA DE ORÍGENES EN PERSONAS ADOPTADAS INTERNACIONALMENTE EN ESPAÑA

 Autora: Laura del Cerro Plaza 

Resumen: 

La Constitución española de 1978 reconoce el derecho de las personas adoptadas a conocer sus orígenes. Este derecho fundamental en el caso de algunas personas adoptadas en el extranjero resulta en muchas ocasiones difícil de materializar, por lo que el puzle de su identidad resulta incompleto al ver frustrados sus deseos tras iniciar el proceso de búsqueda de sus orígenes. 

Muchas de estas personas llegan a su mayoría de edad desorientados, frustrados y sin un claro proyecto vital, es por eso que, con el objeto de perseguir un cambio personal en la manera de configurar sus vidas se propone la creación de grupos de Ayuda Mutua basados en el apoyo emocional de sus miembros. 

Palabras clave: Identidad, Búsqueda de orígenes, Grupos de ayuda mutua, Apoyo emocional, Personas adoptadas. 

Abstract: The Spanish Constitution of 1978 recognizes the right of adopted persons to know their origins. This fundamental right in the case of some people adopted abroad is often difficult to materialize, so the puzzle of their identity is incomplete when their wishes are frustrated after beginning the process of searching for their origins. 

Many of these people come of age disoriented, frustrated and without a clear vital project, which is why, in order to pursue a personal change in the way of configuring their lives, the creation of Mutual Aid groups based on in the emotional support of its members. 

Key words: Identity, Search for origins, Mutual help groups, Emotional support, Adopted persons. 

Introducción: 

La figura de la adopción se regula en el Código Civil español como una medida de protección a la infancia en sus artículos 175 a 180. De ellos se deduce que, una vez que el Estado aprueba la condición de relación paterno-filial a las personas que cumplen con todos los requisitos legales, el adoptado/a va a adquirir la condición de hijo/a del adoptante y, de este modo, todos los derechos de un hijo/a natural. De manera que, cuando un adulto/a opta por adoptar a un/a menor en su proyecto de vida, está asumiendo un gran compromiso y responsabilidad que es irrevocable. El/la adoptante, por tanto, va a ostentar la patria potestad respecto del hijo/a adoptivo/a, de igual forma que cualquier hijo/a biológico/a, estableciéndose el principio de igualdad de los hijos/as con independencia del origen. 

Este proceso que a priori puede resultar claro y lineal, sin embargo, está dotado de una compleja casuística, tanto en lo que respecta al proceso de adopción, ya que hay que atender a las legislaciones de país de origen del/ la menor y del de los/las solicitantes, como al de postadopción, según sean las características del/la menor adoptado/a y de la familia adoptante.  

Lo cierto es que “la adopción es un hecho reparador y restaurador de otro suceso realmente traumático: el abandono del niño/a” (Cabodevilla, 2006, p.693). 

Este hecho, el del abandono, se queda en el interior del niño/a, aunque no sean conscientes de ello a priori. Sin embargo, va a influir en su personalidad, su forma de sentir y de abordar las situaciones. Se trata de un duelo sin resolver que afectará de uno u otro modo en la felicidad futura de la persona adoptada. Es por eso que es necesario sanar heridas… 

Las experiencias de nuestro pasado pasan a formar parte de la estructura y de los contenidos de nuestro cerebro, y son la base sobre la cual se construyen las experiencias futuras (Sánchez-Sandoval et al., 2008). 

Las personas adoptadas necesitan reconciliarse con su pasado, saber los motivos que le separaron de su familia biológica para así poder completar el puzle de su identidad. 

¿Qué es y en qué consiste la búsqueda de orígenes?  

Podríamos decir que se trata de un proceso por el que las personas adoptadas tratan de conocer, ponerse en contacto y/o relacionarse con las personas de su familia biológica. Se manifiesta como una necesidad personal de conocer aspectos de su propia historia que ignoran. 

Cada persona desarrolla este proceso de búsqueda de un modo, de manera que esta búsqueda puede ir asociada al deseo de contactar con la familia biológica o simplemente saber de su existencia y entender qué es lo que pasó para que el proceso terminase en adopción.  

Es cierto que, “la mayoría de las búsquedas no tienen que ver con la insatisfacción con sus padres, sino con incrementar un sentido de identidad de una forma más cohesionada” (Amorós et al., 1996, citado por Rosso Lobo, 2008, p.141). Se plantea, por tanto, una clara necesidad de entender, aceptar y superar el duelo tras la pérdida, para construir una identidad y sentir que forma parte de su familia adoptiva. 

Las preguntas que se suelen plantear llegado este momento son: ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?, ¿A quién pertenezco?.  En definitiva, se trata de construir su propia identidad y darle un sentido de continuidad a su vida reformulando su historia. Es, por tanto, una manera de integrar a personas que estuvieron en su pasado y proyectarlas en su presente, obteniendo así una visión más completa de sí mismos y de su historia, para poder de este modo, construir su identidad. Y es que la identidad de toda persona es un derecho fundamental y así lo recoge la Constitución española de 1978. 

La búsqueda no sólo consiste en encontrar unos datos, sino que se trata de dar sentido a lo que le ha ocurrido (Miravent Junyent, 2013). 

Es importante destacar que, para abordar el proceso de búsqueda, es necesario previamente que exista estabilidad emocional y, para ello, es necesario haber resuelto algunos aspectos psicológicos o emocionales como puede ser el conflicto de lealtades por parte de la persona adoptada, lo cual, puede interferir y dificultar el proceso.  

¿Quiénes actúan en el proceso de mediación en la búsqueda de orígenes de personas adoptadas?. ¿Qué papel puede desempeñar el trabajador/a social? 

En el proceso van a intervenir: (Ledesma et al, 2012) 

  1. El/ La adoptado/a: Es importante observar si está preparado para el reto que se le presenta. Va a corresponder al mediador valorar si el adoptado está preparado para abordar el proceso y afrontar sus miedos y frustraciones. 
  1. Familia adoptiva: La postura más adecuada para la familia adoptiva va a ser la de un apoyo equilibrado, es decir, favoreciendo la iniciativa de su hijo/hija, pero caminando unos pasos detrás de él/ ella. 
  1. Familia de origen: Especialmente la madre biológica como primera persona a la que suelen buscar los hijos/as que han sido adoptados/as. 

 Es importante que, en este caso, el mediador le conceda un tiempo para que se prepare, pues no deja de ser un hecho traumático también para ella. 

  1. Persona mediadora:  El/la trabajador/a social que actúe como mediador se configura como un tercero involucrado que ha de presentar las siguientes características: 

          –    Cualificación, formación específica como mediador familiar 

          –    Ser neutral e imparcial. 

          –    Garantizar la confidencialidad. 

          –    Ser escogido por las partes y ayudarlas a resolver sus conflictos. 

La mediación familiar constituye un medio muy adecuado para resolver problemas entre el/la adoptado/a y sus padres biológicos, el/la adoptado/a y su familia de adopción e incluso entre la familia biológica y la de adopción.  

Asimismo, los/as trabajadores/as sociales pueden facilitar todos los trámites, orientando en cada etapa y conociendo las necesidades personales que pueden surgir en cada momento. 

El proceso de mediación en adopción consiste en un procedimiento diferenciado de los casos de mediación general, cuyo proceso consta de etapas específicas. (Ledesma et al, 2012). 

En definitiva, a lo largo del proceso podemos observar que “La mediación no resuelve problemas jurídicos, resuelve problemas humanos” (Bustelo, 1999, citado por Rosso, 2008, p.146).  

Sin embargo, son muchas las personas adoptadas que llegan a su mayoría de edad sin conocer sus orígenes; el proceso de búsqueda plantea en muchos casos serias dificultades al no poder acceder fácilmente a registros y documentación, además teniendo en cuenta las diferencias de idioma, cultura etc., por lo que el proceso, puede estar plagado de todo tipo trabas y obstáculos.  

Las adopciones internacionales suelen ser complejas en este aspecto, y no es sencillo que una persona pueda llegar a conocer la identidad de sus padres biológicos.  

En este sentido, los organismos acreditados, las Entidades Colaboradoras en Adopción Internacional (ECAI) que hubieran intermediado en la adopción,  

deberán informar a las Entidades Públicas de los datos que conozcan sobre el origen de los menores adoptados, ya que mantienen contactos en los países con los que trabajan. 

En cualquier caso, la búsqueda de información a veces se demora demasiado y la espera puede generar ansiedad. Las dificultades van a depender en gran medida de cuál sea el país de origen y procedencia del adoptado/a, especialmente si proceden de países en vías de desarrollo, en los que no se cuidan los aspectos registrales. 

Según datos de UNICEF (citado por Berasátegui y Gómez-Beogoechea, 2007, p.108), si nos situamos en Asia, lugar del que proceden la mayoría de los adoptados que llegan a nuestro país, observamos que en el año 2000 el 63% de los adoptados estaban sin registrar en la zona meridional y el 22% en la zona oriental y Pacífico. Estos datos ponen en evidencia las dificultades con las que se encuentran las personas adoptadas en su búsqueda de orígenes.  

Todas las razones expuestas producen fuertes sentimientos de frustración e impotencia que afectan al proyecto vital de estas personas, motivo que nos hace plantear como necesaria una intervención centrada en la ayuda profesional a las personas que está en esta situación. 

Conclusiones 

Afortunadamente hoy en día la adopción no es un tema tabú sino que, al contrario, se ha producido una progresiva apertura en este sentido. Comunicar sus orígenes al menor adoptado es positivo para su salud mental y ello se ve especialmente reflejado en la adolescencia. 

La identidad es un derecho fundamental de la persona y nuestros orígenes forman parte de ella y de nuestra historia, es por eso que, la mayoría de las personas adoptadas en un momento u otro de sus vidas inician una búsqueda de sus orígenes.  

Aquellos que lo consiguen, sienten la gran satisfacción de ver continuidad en su historia, e incluso se sienten más unidos a su familia adoptiva. Y es que, saber su origen les permite completar el puzle de su identidad.  

Sin embargo, muchas personas ven frustrados sus deseos por no existir registros adecuados o no poder acceder a ellos. Con el objeto de superar los sentimientos negativos que provoca esta situación de impotencia en algunas personas adoptadas que llegan a su mayoría de edad sin completar su historia, su identidad, proponemos la creación de grupos de ayuda mutua basados en el apoyo emocional de sus miembros.