Montserrat Mena García. Colegiada n.º 25-9288
Miriam Pavo Gómez. Colegiada n.º 25-7323
David Carnerero Sánchez. Colegiado n.º 25-10190
María del Valle González Baltasar. Colegiada n.º 25-6982
Resumen
El Día Mundial de la Salud Mental 2025, el Grupo de Trabajo Social en Salud Mental del Colegio quiere reflexionar sobre la importancia de reconocer la Salud Mental como un derecho humano fundamental y de analizar los efectos que emergencias y conflictos generan en individuos/as y comunidades. Estas situaciones impactan de manera significativa en el bienestar psicosocial y ponen de relieve la necesidad de intervenciones integrales que incluyan tanto la atención a necesidades básicas como el acompañamiento emocional y comunitario. En este contexto, el Trabajo Social se configura como un agente clave en la reconstrucción social y en la defensa de la Salud Mental desde una perspectiva holística.
Perspectiva del Grupo de Trabajo Social en Salud Mental
Como cada 10 de octubre, el mundo se une para visibilizar la importancia de la salud mental como un derecho humano esencial. En 2025, el Día Mundial de la Salud Mental se reivindica bajo el lema “Compartimos vulnerabilidad, defendamos nuestra salud mental” (Confederación Salud Mental España, 2025), que nos invita a reflexionar sobre cómo las emergencias y los conflictos -ya sean desastres naturales, anticipados o imprevisibles, o provocados por el ser humano- impactan profundamente en la vida y en la mente humana.
Todas las personas, sin excepción, podemos experimentar momentos de fragilidad emocional. Como profesionales del Trabajo Social, acompañamos día tras día a personas en situaciones de dolor, desigualdad, injusticia y/o exclusión, siendo testigos directos del sufrimiento humano. Además, compartimos vulnerabilidad, pues también nos afectan la sobrecarga emocional, la precariedad, las emergencias o los conflictos.
Reconocer nuestra propia vulnerabilidad y fragilidad emocional puede ser un acto de valentía y una oportunidad para establecer redes de apoyo más humanas y solidarias.
La salud mental se ve comprometida en estas situaciones de múltiples maneras, generando una perturbación psicosocial que puede sobrepasar la capacidad de afrontamiento de la población afectada. La devastación, la pérdida de infraestructuras y el debilitamiento de los servicios básicos agravan la situación, provocando un deterioro en la vida de individuos, familias y comunidades.
Los efectos sobre la salud mental no siempre son visibles, pero se ha demostrado que aumentan los signos de sufrimiento psicológico tras un desastre. Aunque la mayoría de las reacciones se entienden como respuestas normales a una situación de gran impacto, no se debe obviar que los problemas de salud mental en las personas afectadas pueden requerir atención durante un periodo prolongado (PAHO, 2006). Cuando dichas reacciones se cronifican e intensifican -como la ansiedad, la depresión o la angustia-, nos encontramos ante una problemática de salud mental (León-Amenero y Huarcaya-Victoria, 2019).
La vulnerabilidad no es una debilidad; es una condición inherente a nuestra humanidad, especialmente visible en momentos de crisis. Cuando la vida se desestabiliza, la salud mental de individuos/as y comunidades enteras se pone a prueba. Es en estos escenarios donde la labor del Trabajo Social se vuelve esencial, siendo una profesión clave en la reconstrucción frente a la destrucción que provocan estos sucesos.
El Trabajo Social no solo interviene en la cobertura de necesidades básicas -como la alimentación o el alojamiento-, sino que también ofrece acompañamiento emocional y comunitario. Las y los profesionales del Trabajo Social desempeñan un papel fundamental en situaciones de emergencia durante todas las fases: prevención, intervención directa y seguimiento (Muguruza, 2011), aportando una visión holística e integral que permite abordar tanto los daños visibles como aquellos menos evidentes, de carácter social y emocional.
Asimismo, desempeñan un papel clave en la mediación y en la articulación de redes de apoyo, conectando recursos y favoreciendo la reconstrucción del tejido social (Ariel y Fernández, 2015). En la primera línea de la respuesta, ayudan a procesar el trauma, a restablecer vínculos comunitarios y a impulsar políticas públicas que protejan a las personas más vulnerables.
Como profesionales del Trabajo Social, sabemos que no hay salud mental sin justicia social, sin entornos seguros, sin acceso equitativo a recursos o sin vínculos comunitarios que sostengan a las personas. Por ello, trabajamos desde lo colectivo, promoviendo espacios donde se escuche, se acompañe y se cuide.
En un mundo que empuja a la productividad constante y al aislamiento social, defender la salud mental no es solo una consigna: es un acto político y ético imprescindible. Significa reconocer que el bienestar emocional es un derecho humano; construir redes que sostienen y cuidan al otro, pero también a nosotros mismos. Porque cuidarnos también es resistir: resistir a un sistema que nos quiere agotados, indiferentes o desconectados; resistir a la deshumanización y al silencio que conlleva el sufrimiento. Hoy más que nunca, necesitamos un Trabajo Social que no solo luche por la salud mental de las personas, grupos y comunidades con las que trabajamos, sino también que milite activamente por la nuestra.
Reivindicamos el derecho a sentir, a pedir ayuda, a detenernos y a construir una sociedad donde la salud mental no sea un privilegio, sino un derecho compartido y garantizado para todas las personas.
Porque si compartimos la vulnerabilidad, también podemos compartir el cuidado, la escucha y la esperanza. Hoy, más que nunca, compartimos vulnerabilidad y defendemos nuestra salud mental.
Bibliografía.
Abeldaño, R. A., y Fernández, R. (2016). Salud Mental en la comunidad en situaciones de desastre: Una revisión de los modelos de abordaje en la comunidad. Ciência & Saúde Coletiva, 21, 431-442. https://doi.org/10.1590/1413-81232015212.17802015
Confederación de Salud Mental España. (2025, 31 de julio). Identidad visual del Día Mundial de la Salud Mental 2025. ConSaludMental. https://consaludmental.org/sala-prensa/dia-mundial-de-la-salud-mental-2025-identidad-visual/
León-Amenero, D., y Huarcaya-Victoria, J. (2019). Salud Mental en situaciones de desastres. Horizonte Médico (Lima), 19(1), 73-80. https://doi.org/10.24265/horizmed.2019.v19n1.11
Muguruza, I. H. (2011). Los trabajadores sociales en situaciones de crisis, emergencias y catástrofes. Margen: Revista de Trabajo y Ciencias Sociales, (63), 4-12. https://www.margen.org/suscri/margen63/muguruza.pdf
Rodríguez, J., Davoli, Z., y Pérez, R. (2006). Guía práctica de salud mental en situación de desastres (Serie Manuales y Guías sobre Desastres, 7). OPS/OMS. https://iris.paho.org/handle/10665.2/710